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sábado, 14 de noviembre de 2009

“LOS AÑOS PASAN PARA TODOS”

Qué ha sucedido entre la primera y la última portada?

........1.02.1881...................17.07.1936........



.......18.03.1953..................19.03.1963.........




.......17.03.1973..................18.03.1983......



........18.03.1993.....................18.03.2003......




Han pasado muchos años, han habido cambios históricos, sociales, tecnológicos... y las diferencias estilográficas son evidentes. Este comentario sobre la evolución de las portadas ha sido posible gracias a la gran hemeroteca digital que tiene La Vanguardia: http://www.lavanguardia.es/hemeroteca/index.html

Al coger como día especial de búsqueda mi cumpleaños, el 18 de Marzo, y empezar por el año 1963 (aunque he hecho un vistazo más atrás para ver mejor la evolución) me sale una notificación en la página: entre el 2 de febrero de 1920 y el 12 de abril de 1982, los lunes no se publicaba diario.

La Vanguardia es un periódico catalán creado en 1881 por los hermanos Godó en Barcelona, en la España de la Restauración. En La portada encontramos información meteorológica, publicidad (anuncios de remedios para diversas afecciones y del almacén de prendas de vestir El Principal, muy conocido en la Barcelona de esa época) y una breve cartelera de espectáculos. Todo es en blanco y negro, sin fotografías y aunque no se aprecie, la calidad del papel no era la de ahora. El precio era de 6 reales al mes, 40 en Ultramar, por lo que no estaba al alcance de todo el mundo.
Desde 1910 los periódicos españoles estaban preparados para convertirse en periódicos de masas. Se utilizaba un lenguaje más ágil y hubo una cierta renovación léxica y estilística. Sus contenidos reflejaban los gustos de la cultura de masas: entretenimientos públicos (fútbol, toros, teatro...), actos políticos, referencias a otros medios (prensa y cine), sección de cartelera, etc. Aparecieron también páginas especiales o suplementos de economía, espectáculos, arte, deporte, agricultura, mujer y niños. Por otra parte, el impacto de la guerra europea potenció el interés por los temas extranjeros.

La siguiente portada, la del 1936 corresponde al año de la Revolución Española. Como se observa, toda la página (y las siguientes de ese día) están llenas de esquelas. Además se aprecia bajo el título del diario el nombre de Barcelona.

Las tres siguientes portadas ya reflejan los años del franquismo en España, manteniéndose la ley de prensa de 1938, pensada para el control férreo de las publicaciones durante la Guerra Civil. Sus características más importantes fueron la censura previa y las llamadas "consignas" a través de las cuales el ministerio de Información y Turismo podía ordenar la inserción de artículos, incluso de editoriales, con una determinada tendencia o contenido.

Como se ve, el periódico pasa a decirse La Vanguardia Española. Aparecen además las fotografías y empieza a haber una diagramación (organización del espacio) más atractiva. Aunque en cuanto a contenidos, se trata sobretodo de temas internacionales, mostrando así una “aparente” situación de todo está bien aquí donde vivimos.

Durante los últimos años del régimen, los periódicos más establecidos (como La Vanguardia y, en menor grado, ABC y Pueblo) aprovecharon el relativo liberalismo de la ley de prensa para diversificar el discurso político y criticar —aunque siempre de forma moderada o solapada— las políticas del régimen. De esta manera, en el momento de la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975), los periódicos fueron el lugar donde se llevaron a cabo los debates políticos más controvertidos e importantes del país.

A partir de ahí, vemos como se empezaron a tratar temas más abiertos, sin censura, y como ejemplo, la portada de 1983, donde toda la página es ocupada por el presidente de la Generalitat (Jordi Pujol) y el presidente Vasco (Carlos Garaicoechea) llevando flores a la tumba de los presidentes Macià y Companys, comentando a la vez, los vínculos históricos y políticos que han unido siempre a ambas comunidades. Eliminando además, el término “española” del nombre.

Por último, en la portada del 18 de Marzo de 1993, la estética ha cambiado completamente, aparece de pleno el color, los diferentes estilos de fuente (aunque continua siendo de color negro), una infografía más atractiva (representación más visual que la propia de los textos), espacios claros y bien delimitados y las diferentes grandarias en las fotografías, hecho que da más importancia a unas noticias que a otras. Además cada imagen tiene su título (letras más grandes) con su breve explicación (en más pequeño).

Por otro lado, comentar que desde el 1945 aproximadamente la segunda página del diario corresponde a publicidad, tanto de colonias, como de muebles para el hogar, productos para las amas de casa, etc. Llegando así a la inserción actual de la misma publicidad en la propia portada del diario, diferentes colores en los títulos de las noticias e introduciendo la página web en la cabecera de la página (portada 2003).

Acabando ya, decir que el formato tradicional de la prensa escrita se ha visto desafiado en los últimos años por la aparición de dos nuevos competidores: la generalización de Internet y de la prensa electrónica, así como de medios de información alternativos como los blogs y, en segundo lugar, por la aparición de la prensa gratuita, distribuida en la calle y no en los lugares habituales como quioscos (20 minutos, Metro, ADN, Qué!). Menos éxito tuvo un periódico que concibió como método de integración social para indigentes, que actuaban como vendedores como alternativa a la mendicidad (La Farola).

sábado, 7 de noviembre de 2009

“¿ES UN SUEÑO LA OBJETIVIDAD EN LOS MASS-MEDIA?”

Que los informativos están sesgados es una verdad innegable. Que éste es un mal difícilmente reparable es también bastante evidente. Lo que más me preocupa es que cada día se está perdiendo la objetividad en los informativos (si alguna vez ha existido), tanto de sus contenidos como de sus presentadores.


"¿Dónde quedó aquello de que un periodista de un informativo debe ser neutral y que no debe intentar dar su opinión sobre una noticia?"


La cuestión de la existencia o no de la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no es nueva. Muchos han sido los autores que han teorizado sobre este aspecto tan delicado y complejo a la vez, como lo es el grado de objetividad o subjetividad que contienen las informaciones que transmiten los medios de comunicación: radios, televisiones, periódicos y, ahora cada vez más extendido, internet.

Está claro que detrás de cada periódico hay un grupo editorial con una ideología. Y detrás de ese grupo editorial unas empresas que lo mantienen con su dinero. Por eso pedir que un periódico no tenga hoy día una tendencia ideológica determinada es casi un imposible.


Ahora bien, frente a otros periódicos que nos dejan ver sus ideas en sus artículos de opinión, sus columnas o sus editoriales (algo que veo normal y lógico), La Razón (mojándome en poner un nombre por ejemplo) se sirve de sus ideales para incluirlos en lo que son los géneros meramente informativos (noticias, reportajes, crónicas...) y esos deberían ser lo más objetivos posibles pues su única misión es la de informar a sus lectores.

Por otra parte, mientras que unos afirman que la objetividad es posible o que es una meta deseable y alcanzable, otros, en cambio, dudan que pueda darse, llegando incluso a negar su existencia.


Porqué es tan difícil ser objetivos, es decir, cuando nos preguntamos sobre quién decide lo que es noticia, quiénes son los periodistas supuestamente capacitados para ser testigos de primera fila, cómo es tratado ese material recogido sobre el terreno…son cuestiones elementales que nos deberían llevar a pensar detenidamente sobre las dificultades para transmitir fielmente lo que ocurre y por qué ocurre en toda su dimensión, en toda su profundidad.

La pregunta al fin y al cabo es: “¿la información que recibimos de los medios es objetiva?” En mi opinión personal los medios de comunicación actualmente, han aprendido a vender su objetividad, es decir prefieren ganar dinero o raiting, que darnos una información confiable y de calidad, que nos mantenga informados, en su lugar crean para notros una realidad alterna que favorece sus intereses y no los nuestros.

Diariamente los medios informativos nos dan notas al respecto; notas que para muchos son confiables, veraces y muestran la realidad de las cosas, pero realmente no es así, todos sabemos que las televisiones por ejemplo, son las menos objetivas e imparciales, ya que sólo favorecen a uno de los candidatos (hablando en términos de política), pero no por convicción si no por conveniencia o por obligación dejando así que la objetividad desaparezca.


Hace falta comentar que es algo difícil abarcar todos los aspectos que nos señalan la falta de objetividad en los medios de comunicación, pero lo que no es tan difícil es crear una visión crítica y analítica de lo que vemos, oímos y leemos, así podremos darnos cuenta de que no todos los medios de comunicación son tan confiables como creemos.

"Los hechos son sagrados, el comentario es libre", fue la coartada perfecta difundida cerca del Siglo XX, para escindir lo objetivo de lo subjetivo, para separar la paja del trigo, al periodista de la crítica. Mientras tanto, los directivos de los diarios se guardaron el derecho de hacer sus interpretaciones subjetivas en sus páginas editoriales. Idea contemporánea al postulado weberiano, donde el técnico habla desde un lugar y el político desde otro; pero político y técnico nunca confluyen en un hombre integral.


La nueva forma de hacer prensa garantizaba a los editores el control de sus periodistas. Una especie de primer manual de estilo, o cláusula contractual implícita, donde la consigna era que la noticia debía ser "un espejo plano de la realidad", pensada como una cosa exterior a cualquier subjetividad. El hombre de prensa medía, verificaba y reconocía, pero no más. Automatización sagrada que debía ser reproducible sin alterar su esencia: "la objetividad exige solamente que los reporteros se hagan responsables de cómo informar, no de lo que están informando".

Sincera y lamentablemente considero que la objetividad no existe, puesto que el solo hecho de acudir al lugar de la noticia y observar el suceso implica ya por si mismo, un juicio, tal y como ya predecía el físico Heisenberg a mediados del siglo XX:

“El propio hecho de la observación altera al observador y a lo observado" .

viernes, 6 de noviembre de 2009

"LA CULTURA DEL ESPECTÁCULO"


Para empezar, “¿Nos informamos hoy día los ciudadanos?” Y en ese caso, “de qué manera?” Al no tener a mano alguna estadística hecha al respecto, vamos a observar lo que una persona cualquiera , como yo por ejemplo, hace desde que se levanta.

Pues bien por la mañana temprano, al salir de casa, el quiosquero (que me conoce desde niña) me entrega dos diarios de esos gratuitos que se reparten ahora (no haré publicidad de ellos la verdad, pero son muy diferentes) a la vez que me exhalta la noticia de portada de cada uno de ellos. Me los leo en el metro mientras me doy cuenta de que la mayoría del vagón tiene en sus manos diarios como los míos en contraste con la minoría que lee El Periódico o La Vanguardia )hecho que nos da que pensar qué sucedería si no hubiera estos gratis).
En la Universidad, siempre hay algo que destacar entre compañeros, algo que ha sobresaltado. Y desde luego, en clase, algún profesor siempre comenta con nosotros alguna noticia destacada de los últimos días.
Al mediodía, dilema, porque
“con qué telediario comemos?”
y es que cada cual menos objetivos es. Pero sinceramente, vemos TV3, que al menos te enteras de las tramas cercanas a dodne vivimos, como de Millet y Compañía, porque si tengo que esperar estar, ya no digo mejor sino un poco informada con las cadenas nacionales, nos pueden dar las uvas.
Después le toca el turno a Internet, donde suelo ojear por encima los titulares que me ofrece una página de Noticias (tanto nacionales como internacionales) que tengo por defecto en el navegador.
En el trabajo, lo mismo que en la Universidad pero en este caso con la jefa (con la que hay muy buena relación por cierto) y siempre entremezclamos en nuestras conversaciones noticias que nos han sobresaltado, hechos, sucesos, etc. Y ya está, porque por la ncohe los telediarios son una copia bastante mala de la del mediodía, a no ser que alguna vez los miremos pero de otro canal, y te diviertes porque parece como si de otras noticias se tratara. A todo esto, sumarle el hecho de que si voy en coche con mi padre, muchas veces escuchamos las noticias o algún programa de actualidad.

Así pues no se puede generalizar (ni mucho menos solo con un caso), pero creo que ante la prensa escrita y la televisión, mayoría en las personas, viene a pasos gigantescos Internet.


Ahora bien, según la enciclopedia Larousse el fin primordial de los medios de comunicación debería ser “facilitar la información a los ciudadanos,” es decir trasmitir noticias e informar sobre lo que acontece en el mundo.


En mi opinión, considero que el telediario es un producto de la industria cultural donde, más que informar, se transforman los hechos en espectáculo para ampliar la audiencia y vender la noticia. Siguiendo esta idea, tenemos la teoría crítica elaborada por Theodor Adorno y Max Horkheimer (en la industria cultural todo se convierte en negocio) y el concepto de sociedad del espectáculo propuesto por Guy Debord (donde el espectáculo es la imagen invertida de la sociedad en la cual las relaciones entre mercancías han suplantado relaciones entre la gente).


Creo que uno de los grandes desafíos de la comunicación en la sociedad actual, en la que los grupos financieros controlan cada día más los medios de comunicación, consiste en preservar la auténtica vocación del periodismo, que debería tener una función mediadora de espacio público. La garantía del derecho a la información y a la libertad de expresión es parte esencial del periodismo, que debería hacer una comunicación orientada a la información, a la formación y a la educación de las personas.


También el periodismo de calidad tiene que ver con el concepto de objetividad como requisito de la verdad informativa. La objetividad contribuye a que la información sea inseparable de su verdad, de la exactitud y de la realidad que transmite o comunica, teóricamente, claro , pero de eso hablaremos próximanete en el Blog.


El periodismo sensacionalista extrae del hecho, de la noticia, su carga emotiva y provocadora y la exalta. Construye casi una nueva noticia que se vende por sí misma. En ese género de periodismo, lo más importante es el eslogan publicitario, que induce a ver o comprar por solicitación, por sensación, por impacto, por curiosidad.


Lamentablemente el telenoticias se ha convertido en un programa como Gente, Madrid directo, Impacto TV, etc... dependiendo del canal que estés. Se trata, además, de un medio que goza de gran aceptación y credibilidad entre los telespectadores para informarse: prácticamente siete de cada diez ciudadanos ve habitualmente los informativos, y de éstos, el 72% afirman que les merecen mucha o bastante confianza las noticias que ofrecen las distintas cadenas de televisión, según últimos datos del CIS. Por lo tanto, son muchos los ciudadanos que basan su conocimiento de la actualidad (y que probablemente conforman su opinión sobre la misma) en los noticiarios de televisión.

Por otro lado, según
Wikipedia, las noticias se emiten en bloques temáticos. De esta forma se asegura el equilibrio en el interés, ya que cada bloque comienza con la noticia más importante del día en ese ámbito. La realidad es que el deporte y la política ocupan un 45% del tiempo de los informativos, y las noticias de tinte económico más de un 8%, mientras que se concede escasa atención a la cultura (11% del tiempo) y sólo testimonial a la sanidad y salud (3,1%), medio ambiente (2,3%), ciencia (2,1%) y consumo (1,8%).

Los telediarios (nacionales, autonómicas y desconexiones regionales) se muestran más pendientes de las
guerras de "shares" de audiencia que de informar al ciudadano sobre temas relacionados directamente con su vida cotidiana.

Además, el interior de los telediarios se ha convertido definitivamente en un
soporte publicitario ya que la mayoría de las televisiones los interrumpe para dar paso a anuncios o para ceder espacio a patrocinadores (en TVE-1, por ejemplo, la "del estado" la publicidad ocupa un 18% del telediario). A efectos de comparación, se ha considerado la información meteorológica como parte del telediario, aunque en algunos de ellos constituya un programa específico.

Dicho esto, los formatos informativos de actualidad en la televisión, ¿reproducen la realidad social en todas sus manifestaciones y distorsiones o la construyen según sus prácticas de selección y tratamiento? Esta pregunta es demasiado compleja y exhaustiva para ser contestada hoy, así que la continuaremos los próximos días.
Lo que está claro es que no solo escogen las noticias que debemos y no debemos ver. Además nos las comentan e interpretan para saber qué posición debemos tomar ante los diferentes temas. Y no solo eso, sino que la gente hasta se lo cree.


Porque el periodismo trata de ser objetivo en teoría, pero solo en teoría, porque realmente es rentable. Así pues, si por modernas técnicas de marketing, se decide que el target (público al que va dirigido) del producto son los individuos de determinada ideología, pues se da un baño de esa ideología a las noticias y listo.


Publicistas y políticos tratan de colocar bajo la mirada de los consumidores productos e ideas, objetos y programas. Y lo consiguen además mediante los presentadores, que cumplen la función de los «amigos que llegan a introducirse en el hogar »; quienes han adquirido una influencia desmesurada y su comentario puede condicionar la pinión pública.


Acabando ya, decir que no creo que sea nada nuevo que los medios estén guiados por manos ideólogicas bien visibles. Es más, opino que en la actualidad, somos más capaces de verlo con claridad, dada la "menor opacidad" de las entretelas de los medios.


Vamos a finalizar hoy con dos citas, no con el fin de menospreciar la televisión, medio educativo importante si se sabe utilizar, sino interesantes a mi parecer para reflexionar. Ahí van:

“Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.” Julius Marx

“La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza sino que además, en su publicidad, encontramos las pastillas que nos aliviarán.”
Bette Davis

domingo, 18 de octubre de 2009

“Los Sustitutos”, ¿futuro o presente?

Si hoy, a tí, a mí... a todos, se nos presentase la oportunidad de delegarle a una especie de doble de uno mismo, no nos engañemos, a una versión mejorada de uno, más fuerte, más guapa y por siempre joven (porque si la hacemos, la hacemos bien!) toda la actividad de nuestras vidas, desde el trabajo hasta la vida social y que esto encima le reporte una existencia mucho más cómoda y satisfactoria tan solo realizando un único esfuerzo: dirigir todo esto desde el sillón más cómodo de nuestra casa, seguramente, TODOS, sin excepción diríamos que a tan “increíble y salvadora propuesta”, ¿no?

Con la diferencia que para nosotros hoy todavía es meramente un sueño, en la película “Los Sustitutos”, gracias a un fenómeno High-Tech, es un hecho donde la gente, en un futuro no muy lejano, podrá comprar una versión perfecta de sí mismo para desarrollar cualquier actividad de su vida, tan solo teniendo que dirigir los pasos de este otro yo perfecto.

La película que se estrenó hace casi un mes, concretamente el 25 de septiembre, es de Jonathan Mostow cuyo protagonista es interpretado por Bruce Willis. Trata sobre dos agentes del FBI que investigan el misterioso asesinato de un estudiante universitario relacionado con el hombre que participó en la creación del fenómeno de Los Sustitutos, que permiten a la gente comprar versiones perfectas de sí mismos controlados por control remoto. Estas máquinas perfectas acaban asumiendo sus roles vitales, de modo que la gente puede experimentar la vida a través de otro cómodamente sentados en el sofá de su casa.

Pero el asesinato pone de manifiesto una cuestión que me gustaría plantear aquí en el Blog: “en un mundo de máscaras, ¿quién es real y en quién se puede confiar?”

Esta sociedad presentada en la película es un salón de chat llevado a un entorno real, en el que nadie es realmente lo que aparenta y dice ser. Al reflexionar te das cuenta del progresivo aislamiento de las sociedades actuales (ese uso de dobles robóticos bien podría ser interpretado como una versión extrema de Facebook, Nettby u otras redes sociales) o la disolución de la identidad en los entornos digitales (como el personaje de la espectacular prostituta de la discoteca, quien resulta ser realmente un hombre gordo y feo).

Nos hablan de un mundo en el que la interacción humana en la vida real, como he dicho, es sustituido con robots antropomórficos (es decir, el hecho de atribuir rasgos y cualidades humanos a las cosas), los cuales se pueden elegir a gusto del consumidor para dar una imagen idealizada de cada uno de nosotros. Ahora la raza humana vive conectada a unos aparatos de realidad virtual que le muestran lo que ven y sienten sus "sustitutos”.

Ahora bien, siguiendo el título de la entrada, “¿Los Sustitutos, es una película sobre el futuro o sobre el presente? Creo que la acción sin lugar a dudas se sucede en el futuro, sin embargo, el mensaje que se propone dar está dirigido al presente, para que tomemos conciencia de hasta dónde puede llevarnos el abuso de la tecnología y de la estética.

Así pues, primero fue el ordenador, luego el correo electrónico, los teléfonos móviles diminutos e Internet. Y hoy "sustitutos" robotizados tremendamente perfectos que reemplazan a sus menos atractivos sustituidos. Gente normal que ya no tiene que aventurarse en el mundo real.


"¿Y si la tecnología hubiese ido demasiado lejos?"

viernes, 9 de octubre de 2009

“REGULAR o NO LA TELEVISIÓN, Esa es la cuestión”

"Las programaciones de radio y televisión, en las franjas más susceptibles de audiencia de niños y adolescentes, deben favorecer los objetivos educativos que permitan estos medios de comunicación y deben potenciar los valores humanos y los principios del Estado económico y social".
Ley
8/1996, de 27 de julio

A continuación se especifica: "Las emisiones de televisión no deben incluir programas ni escenas o mensajes de cualquier tipo que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de niños y adolescentes, ni programas que fomenten el odio, el menosprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, etnia, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social".

¿Son estas premisas dictaminadas por Ley en lo que se basan los programas que se nos ofrecen hoy en día? En mi opinión NO en la gran mayoría y de esta manera quería introducir un nuevo tema junto a todos vosotros, centrándome en niños y adolescentes, grupos más propensos a “sufrir” los efectos de los medios, porque cuando l@s chic@s finalicen su etapa educativa formal habrán pasado más tiempo mirando la televisión que en el aula. Mientras ésta puede entretener y/o informar, también puede influenciarlos de manera indeseable. Y esta influencia puede ser negativa en el desarrollo de un sistema de valores y en la formación del comportamiento.


Además el tiempo que se pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas malsanas, comidas de preparación rápida y juguetes.

Los padres deben de asegurarse que sus hijos tengan experiencias positivas con la televisión y pueden ayudar: mirando los programas con los hijos, escogiendo programas apropiados para el nivel de su desarrollo, poniendo límites a la cantidad de tiempo (a diario y por semana), apagando la televisión durante las horas de las comidas en familia y del tiempo de estudio, apagando los programas que no les parezcan apropiados para ellos, etc. Por ejemplo, las horas de estudio deben dedicarse al aprendizaje, no son para sentarse frente a la televisión mientras tratan de hacer la tarea y las horas de las comidas son tiempo para conversar con otros miembros de la familia.

No hay que olvidar nunca estimular discusiones con los hijos sobre lo que están viendo mientras miran programas juntos, señálando el comportamiento positivo como la cooperación, la amistad y el interés por otros y a la vez, estimular al niño para que se envuelva en pasatiempos, deportes y con amigos de su misma edad. Y es que con una orientación apropiada, los niños pueden aprender a usar la televisión de una manera saludable y positiva.

De todas formas, no solo la responsalibilidad es de los padres, sino que es necesario repartir dicho compromiso de la formación de la infancia impulsando la implicación de todas las personas que directa o indirectamente pueden influir en la formación infantil y juvenil, ya sea desde la misma escuela, vecindario... y por supuesto, los propios medios.

Hay organizaciones y órganos como el CAC (Consejo Audiovisual de Cataluña) que se encarga de velar por el respeto de los derechos y libertades de los ciudadanos en las radios y televisiones regionales, regulando y apoyando el desarrollo de la industria audiovisual de Cataluña y velando por el cumplimiento de la normativa audiovisual observando la adecuada relación de la Administración con los medios de comunicación audiovisuales. Y una de sus misiones es garantizar y promover el respeto a los valores y principios constitucionales, y en especial, la protección del pluralismo, la juventud y la infancia.

En la misma página web (http://www.cac.cat/) se ofrecen enlaces a otras webs interesantes sobre el tema, documentos, manuales y materiales a todo ususario, tanto a familias como profesionales, ya sea de la educación y/o de los medios de comunicación.

Dicho esto, creo que la televisión se ha proclamado como el gran referente social y cultural de las sociedades contemporáneas. Idolatrada y denostada a partes iguales, ocupa gran parte del tiempo de los ciudadanos de las sociedades avanzadas. No hay clase social o cultural que se sustraiga a la seducción de las imágenes y mediatiza la vida de adultos y jóvenes en la misma medida.

Pero la televisión se ha convertido en la caja de Pandora a la que todo el mundo culpa de la mayor parte de los males que aquejan a los ciudadanos. Filósofos, profesores, sociólogos, padres y madres reflexionan sobre el poder de la televisión. Hay una frontera que separa a los que resaltan lo bueno del medio (sus posibilidades de conocer el mundo en directo, sus usos en educación, su capacidad para entretener y divertir) y los que opinan que el conocimiento superficial, la incultura y el aburrimiento se introducen en el seno de las familias por medio de este ingenio tecnológico cada día más perfeccionado.

Hasta la clase política ha percibido que debe dar respuesta a todos los interrogantes que plantean los ciudadanos: ¿Hay manipulación informativa en todas las televisiones, tanto públicas como privadas? ¿Es realmente necesario que existan televisiones públicas? ¿Cómo deben ser éstas financiadas? ¿Es necesario regular el sector o es preferible dejarlo según las necesidades del mercado?... En este sentido ha habido en Europa tres interesantes intentos por regular (o no) la televisión:
- El Consejo de Europa
ya en 1986 ofreció una serie de consejos sobre las televisiones públicas encaminados a que éstas ayuden a la difusión de valores democráticos y a la difusión de la cultura europea.
- El Senado francés a finales de 1996-1997 emitió un documento que era al mismo tiempo reflexión y advertencia: por un lado se indagaba en el peso que la nueva cultura de la información tenía sobre el ciudadano, haciendo especial hincapié en la televisión, y por otro se concluía que era necesario un cierto control que tuviera como consecuencia una televisión de calidad.
- De la misma manera en 2004, el gobierno de Rodríguez Zapatero reunió lo que llamaron un «consejo de sabios» para que reflexionara y apuntara soluciones sobre el fenómeno televisivo. El cual propuso una televisión de calidad que no persiga exclusivamente el beneficio mercantil.


La polémica continúa aún vigente entre el intervencionismo estatal o la preponderancia de las leyes del mercado. En definitiva, ¿debe la televisión pública competir con las televisiones privadas o tiene que cumplir la función social del servicio público y garantizar calidad?

Personalmente creo que habrá personas en contra de regular la televisión porque lo asimilan como censurar los medios, como un método social represivo. Pero la garantía de la libertad de expresión e información es un presupuesto del correcto funcionamiento de un sistema democrático. La función de la libertad de información es fundamental cuando se trata de la televisión ya que ésta se constituye no solo en un medio, sino también en un factor en la formación de la opinión pública.

Esta doble vía la convierte en una especie de foro con una poderosa fuerza sugestiva donde define como “real” todo lo que vemos. Exigir que la información cumpla con determinados requisitos de programación orientados a fortalecer la democracia, no es lo mismo que imponer contenidos específicos en esa misma programación. El Estado no viola su papel neutral en la información si exige que la información difundida por el medio audiovisual deba ser veraz, objetiva, e imparcial; que deban separarse claramente los contenidos informativos de las opiniones (ejemplo de TODOS los telediarios actuales, porque no se salva ni uno) y que deban ilustrarse varios puntos de vista relevantes sobre un tema.

El problema surge cuando la velocidad del medio y la necesidad de retener la audiencia, ante la alta oferta televisiva, provocan que todos los formatos, novelas, concursos, telediarios... recurran cada vez más a la exaltación de emociones: amor, odio, celos, venganza como resortes dramáticos efectivos para el fin último de retener audiencia. En su afán por lograr altos niveles de share, la televisión en el mundo está olvidando su principal receptor: la familia y las audiencias protegidas dentro de ella, la niñez y la juventud, quienes, evidentemente como ya he dicho anteriormente, tienen el poder de dejar el mando y ponerse a leer un libro.

Por último ya, decir que los nuevos formatos del medio también dificultan su regulación. ¿Cómo legislar ahora que los mismos sujetos están dispuestos a “vender” datos de su intimidad que acaban convirtiéndose a la fuerza en asuntos de interés público? ¿Cómo defender el derecho del buen nombre o a la intimidad cuando éstos se volvieron gracias a algunos realities y programas de concurso “bienes negociables”? Lo triste es haber llegado a este punto, al hecho de tener que preguntarnos si hace falta o no regular los medios de comunicación.



“En la medida que dejemos de ver basura entonces dejará de existir”

domingo, 4 de octubre de 2009

“¿Cómo construye la T.V. una Realidad?”

La televisión es una fábrica de mundos, de generar realidad social , porque la representa y porque al representarla produce mediaciones, la reestructura y la expresa en modelos diferentes de representación. Se producen así diferentes relaciones entre televisión y realidad , entre apariencia y verdad. El valor de espejo de realidad de la televisión se conjuga con el factor espectacular de la misma. Lo cierto es que se produce una continua interacción entre realidad y televisión.

Tal y como César Coca asegura en su libro “La caja sucia. Telebasura en España”, «la televisión ha dejado de mostrar la realidad para construirla, porque es más barato». Según el sociólogo “es una forma de televisión caracterizada por el morbo como soporte para atraer audiencia y con un enfoque distorsionado de los personajes.” Es decir, estamos llegando, o lo que es peor, hemos llegado a una televisión que convierte lo privado en público, que trivializa géneros periodísticos, en la que hay grito en lugar de debate; enfrentamiento y linchamiento, en vez de diálogo. Y una televisión en la que se entroniza a la 'ordinary people', a la que convierte en experta de algo sin saber nada. A este fenómeno se le ha dado el nombre, como ya dije, de Telerealidad, telebasura o reality show y existen, según Wikipedia,
tres tipos principales de telerrealidad:

a) Observador pasivo: la cámara observa pasivamente las actividades cotidianas de una persona o de un grupo de personas.
b) Cámara escondida: la cámara observa a personas que “ignoran” que son filmadas. Suele utilizarse en programas que hacen bromas o enfrentan a la gente a situaciones inverosímiles y filman sus reacciones para entretener a su audiencia.
c) Concurso de telerrealidad: un grupo de personas en un ambiente cerrado compiten por un premio, mientras son observados de forma contínua por las cámaras. La competencia es uno de los incentivos de situaciones dramáticas más explotados.

Realmente a pesar de lo que su nombre implica, la telerrealidad rara vez muestra situaciones verdaderamente espontáneas, pues los individuos son puestos por lo general en escenarios que no les son familiares o fuera de su contexto de vida. Utilizando para ello la omnipresencia de cámaras televisivas en todas las actividades cotidianas de los protagonistas durante la duración de la emisión.


A día de hoy hay multitud de formatos o programas dentro de este género, pero los más destacados son los siguientes:
- Tipo Superviviente (La selva de los famosos, Supervivientes...), donde un grupo heterogéneo de personas es llevado a un lugar remoto sin servicios elementales, en el cual deberán buscar su sustento y deberán competir para obtener productos elementales.
- Tipo Gran Hermano (La casa de tu vida, la granja de los famosos, GH, el Bus...), : Su nombre lo toma del personaje de la novela de Orwell, 1984, escrita en 1948. Este escritor imagina cómo sería el mundo en 1984 y construye a los hombres viviendo bajo la vigilancia de un dictador, El gran hermano, que todo lo veía y controlaba. Aplicaron la idea con un grupo de personas dentro de una casa y tuvo mucho éxito.
- Tipo Academia (Operación Triunfo, Fama, Factor X, ...): aspirantes a cantantes, bailarines, etc son seleccionados para habitar en una escuela de arte cerrada, donde reciben lecciones y son eliminados en función de su habilidad juzgada por jueces, o bien por el voto popular.
- Tipo Soltero (Hombres y mujeres y viceversa, Granjero busca esposa...): un hombre o mujer solteros deberá elegir entre un grupo de pretendientes. En esta clase de emisiones, suele ser el soltero el que decide quién prosigue en la competición.
- Tipo Imagen (Cuestión de peso, Cambio radical...): programas que cambian la imagen de los participantes, ya sea por simple estética o por factores de salud, como la obesidad.

Se trata de un repertorio amplio de programas muy controvertidos, de difícil definición y en evolución continua, blasfemados por algunos, cuestionados por todos, que han recibido apelaciones despectivas (telebasura), pero que han alcanzado lugares de privilegio en las parrillas de las cadenas (prime time) y gran éxito de audiencia, batiendo en algunos casos récords de audiencia históricos en la televisión española.

Como afirma Mª Dolores Cáceres, Profesora de Teoría de la Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid, “la principal característica de estos programas es que parten de la realidad de la mano, principalmente, de sujetos anónimos, pero con un tratamiento basado en la espectacularización que los aleja de ella: son una construcción mediática y social no exenta de valores e ideología”.


Sobretodo que no se puede olvidar que se trata de una realidad espectacularizada, es decir con un tratamiento que “utiliza técnicas de recreación, dramatización, guionización y reconstrucción, que a veces los aproxima a la ficción y los aleja de la realidad;” la cual solo tiene atractivo para la audiencia con el aderezo de lo dramático, lo inusual, lo extremo, lo llamativo, lo escabroso, lo emotivo, en definitiva, lo espectacular.


Y no solo que lo que aparece en la pantalla pantalla no es la realidad sino que la televisión no muestra toda la realidad. Para que nos entendamos seguidores del Blog, lo que se muestra es real, porque se trata de personas reales en situaciones reales, pero con un tratamiento que lo acerca a la ficción. Y según la profesora Cáceres, "los acontecimientos que muestra la telerrealidad no son verdaderos ni falsos, sino acontecimientos mediáticos." Totalmente de acuerdo.


Finalmente a mi parecer creo que la propia denominación que reciben usualmente estos programas -reality show, talk show, infoshow, late night show, etc.- pone de manifiesto este carácter espectacular: el show es lo que está concebido para ser mostrado, para llamar la atención. Y es que dicho tratamiento cumple esta función: captar la atención del televidente que zappea continuamente y retenerle delante de la pantalla para que no cambie de canal y asegurarse la audiencia que, en última instancia, garantiza la supervivencia del programa.

domingo, 27 de septiembre de 2009

TELEREALIDAD, Martes 15 de septiembre

http://www.barcelonatv.cat/alacarta/player.php?idProgVSD=6607arta/player.php?idProgVSD=6607


El programa que presento, Telemonegal, para quien no lo haya visto nunca, es de Barcelona TV y es un espacio de crítica televisiva. Pero no es el típico Zapping dónde se hacen bromas estúpidas, sinó que Telemonegal se mete en la sátira más dura, dejando evidente el distinto trato que dan las diferentes cadenas sobre una misma noticia en función de su ideología, denunciando faltas graves de profesionalidad y ética que inadvertidas pasan delante del ojo de muchos espectadores.

De todo el programa del día 15 me centraré en lo que respecta a Telerrealidad, concretamente a los 15 minutos que dedica a la "Madre coraje, a la VOZ del pueblo...", vamos, a Belén Esteban.
Pues bien, nos muestra Ferran Monegal la programación tanto de Antena 3 como de Tele5 de lo sucedido el viernes 11. Empieza mostrando Espejo Público (A3) con unas imágenes del Defensor del Menor de Madrid instando a la Fiscalía a proceder contra un personaje mediático para que deje de utilizar a un menor en los medios.
Susana Griso, la presentadora, queriendo aumentar la Audiencia de su programa nos dice: "Si se quedan con nosotros, les diremos de quién se trata." Menudo truco para asegurarse nuestra permanencia delante de la Televisión.
Lo increíble es que toda la parrilla entera de A3 de ese viernes giró entorno a Belén Esteban, hasta el propio Matías Prats en el telediario sacó la noticia; dando así credibilidad al asunto, ¿no? Realmente, ¿dónde empieza y dónde acaba la seriosidad de un informativo hoy en día? ¿Son objetivos? Ahí lo dejo.

Por otro lado, tenemos a la competencia, Tele5, que esa noche en Sálvame Deluxe el mismísimo Jorge Javier Vázquez ya avecinaba la que se iba a liar en plató: “Otros hablan de ella, pero nosotros la tenemos”. Continua mostrando una silla vacía donde no se sabe aún si ella llegará para sentarse. Pues claro que lo sabes Jorge Javier, si la tienes tapándose las ojeras en Maquillaje!
En fin, ella entra a plató y lo proclama a los cuatro vientos: “Yo no soy periodista, soy colaboradora y la VOZ del pueblo!” Lo mismo que “Hola, soy Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”.
Lo “mejor de todo” es que en el programa ella empieza llorando y todos están tristes pero acaban brindando (espero que con cava y no con champagne) todos! Lo siento, pero… ¿Qué estamos celebrando?

Pues bien, nos muestra Monegal imágenes del lunes de la declaración del periodista Alberto Castillón en Espejo Público (A3): “Que Tele5 no culpe a A3 de todas las repercusiones de esta noticia porque ya conocían las intenciones del Defensor del Menor desde Agosto. Son ellos los que quieren continuar chupando del tarro.” A ver, aquí hay dos cuestiones: si eso es verdad, Tele5 queda en muy mala posición y deja claro que sabe capitalizar bien las desgracias de la gente (es más, tuvieron récord histórico de audiencia esa noche). Segundo, ahora nos dirá Castillón que eso no lo sabía el otro viernes antes del pelotazo.

Pues bien Bloggeros, a esto se llama TELEREALIDAD, que según Wikipedia es “un género televisivo en el cual se muestra lo que le ocurre a personas reales, en contraposición con las emisiones de ficción donde se muestra lo que le ocurre a personajes ficticios”, es decir, es una realidad creada por la Televisión pero que no es ficción.
Sinceramente me pregunto… ¿Quién es esta mujer? ¿Es importante? La buscamos en Google y obtiene 606.000 entradas, mientras que Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina 2008 (por descubrir el VIH) tiene 201.000!
Increíble! Así pues, ¿es la audiencia quien hace a uno importante? Metafóricamente, si las moscas van a la mierda, ¿Qué tenemos que hacer? Tocar la mierda? Estudiar las moscas? O vacunarnos? Es más, ¿hasta qué punto el Defensor del Menor es parte también del montaje mediático?

Se trata de un NEGOCIO económico, simple y llanamente, porque no nos engañemos, si diera dinero hablar de la PAZ, hablarían de la Paz. Juzguen ustedes mismos, las cartas se ponen AQUÍ encima de la mesa.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Holaaa! =)


Me llamo Cristina Mestres, soy estudiante de Pedagogía en la Universidad de Barcelona y este Blog ha sido creado con el fin de mostrar una mirada crítica de los medios de comunicación actuales y comentarlo al mismo tiempo entre todos.

Se trata de darnos cuenta de la manera en que "nos presentan" la información que nos rodea y de saber valorar y apreciar qué es lo que hay de cierto en todo lo que se nos dice.

En cuanto a la fotografía, podríamos decir que el London Eye (la noria que se ve al fodo) mide la distancia que hay entre mis dedos índice y pulgar? Es de verdad la fotografía o está trucada?
La realidad es que la fotografía es verídica pero también es cierto que el London Eye es una de les norias más grandes del mundo con una altura de 135 metros.

Esto simplemente era para incitar a la reflexión, para empezar a tantear los temas que hablaremos y, espero, discutiremos en este Blog sobre el mundo de los medios de comunicación.